Cascabeles, zurrakapote y baile

Sábado 6 de octubre. El resonar de los cascabeles pasó a ser la banda sonora oficial de Basauri. Los basauritarras colgaron la ropa formal para vestirse, durante una semana, con los trajes de las cuadrillas. Algunos, incluso, con el traje antiguo, el de hace 50 años.

Según la programación, el txupinazo de las 19 horas era el que iba a dar comienzo oficialmente a las fiestas. Pero los de Basauri, tan impacientes como cada año, empezaron a lucir sus trajes desde bien entrada la mañana.

Las calles del pueblo se llenaron de colorido y buen ambiente. La alegría y el nerviosismo desbordaban por doquier. Los bares de la zona no daban abasto y los restaurantes se quedaron pequeños para abastecer a tantas cuadrillas.

Con la tripa llena y el hígado a punto, los componentes de las 16 cuadrillas subían en grupo al ayuntamiento, donde el alcalde, Andoni Busquet, iba a dar comienzo a los San Faustos.

Un discurso de respeto e igualdad provocó la ovación de los allí presentes, que demostraron lo que cada palabra les hacía sentir. Es por eso por lo que también tuvieron cabida numerosas reivindicaciones sociopolíticas.

Con el fin del discurso, los fuegos artificiales daban comienzo al festín. La canción de la Eskarabillera puso al pueblo a bailar y las cuadrillas se pusieron en orden para comenzar la bajada.

Las pancartas, fácilmente considerables obras de arte, separaban a cada cuadrilla. Y en el interior de estas, las danzas vascas fueron las protagonistas.

En la carpa de Solabarria esperaba el premio a la mejor bajada. Y, una vez llegadas allí todas las cuadrillas, la directiva de Herriko Taldeak hizo pública a la cuadrilla ganadora: EDURRE, que se proclamaba campeona por segundo año consecutivo.

Después, las lonjas abrieron, los porrones se llenaron y… el baile siguió siendo el gran protagonista: Disko Festa Sound, Hesian y una local Ozen Erromeria fueron los encargados de que los basauritarras no pararan de bailar durante toda la noche.